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Rayadas de no tan Antaño

Buscando mi propio Dios de la muerte.

Buscando mi propio Dios de la muerte.

Busco algo que no sé que es.

 

Busco algo que no sé seguro si algún día podré encontrar.

 

No sé en que creer, no sé en que vale la pena creer. Ni siquiera creo en lo que ven mis ojos.

 

Busco algo desconocido, incomprensible, indescriptible. Algo que me de calor y a la vez me quite mis fobias. Algo que me mantenga calido y no me traiga paranoias. Lo que sea, cualquier cosa, algo que me llene el espíritu. Algo o alguien que se lleve la soledad. Algo que borre las palabras vacías y la inercia de mi vida. Algo que devuelva el color y la fuerza que nunca existió. Algo con que secar mis lágrimas secas y mis húmedas metáforas.

 

Busco un Dios de la muerte que se lleve al demonio que ahora me abraza con cariño. Busco confiarte la enfermedad que llevo en mi corazón. Romper toda la mierda que llevo dentro. Encontrar lo que me de la libertad absoluta.

 

Sé que cuando no tenga miedos ni fobias absurdas, cuando vea el cielo azul, cuando no tenga frío y me sienta libre, sólo entonces podré ser yo mismo y a mi manera tener toda la fuerza que necesito para ser inmortal.

 

 


No me mola nada como esta escrito…
pero yo me entiendo, tengo como por norma no retocar lo que ya estaba escrito, así que… a ver que os parece.

Sin Columnas

Sin Columnas

¿Por qué hay etapas de la vida en que todo parece ser siempre tan difícil?

 

Conseguir el apoyo para algo que quieres.

Conseguir el apoyo para algo que ya tienes.

Reencontrar el amor.

Olvidarlo.

Levantarte cada día.

Mirarte al espejo.

Ser tu mismo.

No perder la poca fe que te queda.

 

Hay días que preferirías que no tuviera reflejo o que simplemente fuera otro.

Días en que encuentras un vacío dentro del vacío que esta dentro de un vacío aun mayor.

Días que encuentras quien lo llene.

Días que descubres que un vacío lleno sigue siendo un vacío.

 

Cuando te levantas, te miras al espejo y ves que del otro lado no hay nada. Todo es blanco y negro. Detrás de la ventana encuentras una pared de ladrillos, la cama ahora sólo es un colchón de clavos tirado sobre el suelo.

Te miras las manos; lo único que ves son los estigmas de un pasado lleno de pecados y dolor.

¡Por Dios! La puerta esta cerrada con llave. ¿Porqué?

¿Dónde están mis manos y cicatrices?

¿Qué hago ahora sin las marcas de mis recuerdos?

 

Un hombre sin pasado no existe.

 

 

Me apoyo.

El Despertar

El Despertar

Últimamente cada día por la mañana cuando suena el despertador, antes incluso de ser conciente de que ya no estoy durmiendo o de que la canción que suena es la que tiene que traerme a la dura realidad, antes de todo, entre el sueño y la realidad, estás tu, lo primero que me pasa por la cabeza. Lo primero en que pienso entes de cagarme en otro día que llega o en las horas que son es en ti y tu nombre e imaginarte tumbada tan lejos, durmiendo tranquilamente, sabiendo que te costará levantar para ir a trabajar y que quizás te quedes dormida con esa cara angelical que siempre me ha encantado mirar.

Esa cara de pardilla.

Cuantos recuerdos.

Antes de dormir por las noches miro el móvil, pienso en ti, en escribirte, en leer tus mensajes, saber de ti, saber como estas, con cuantos has estado este fin de semana, si aún piensas en mi, si estas ahí. Voy a la cama con sensación de que me olvido de algo, que tengo algo pendiente y eso es nuestro beso de buenas noches.

Ahora estas lejos, viviendo tu vida, divirtiéndote, siguiendo tu camino, conociendo gente y teniendo nuevas experiencias. Una vida que a mi lado era distinta; porque somos distintos.

Caí en la comodidad y en el egoísmo, falta de diálogo y aperturas de corazón, algo iba mal y no lo sabíamos.

Desde entonces, como siempre, te has vuelto más fuerte, más valiente, más segura de ti misma, has crecido por ti misma en unos meses mucho más de lo que te he intentado ayudar en años.

Pensaba que el corazón era como los demás músculos; se trabaja un poco cada día para acostumbrarle a una nueva situación, y así poco a poco se va formando para su nueva función. El corazón te juega malas pasadas.

¿Algún día esa pesadilla se va acabar?

Espero que sí.

 

 

 

 

 

 

 

Un día se acabó la pesadilla, y pude seguir adelante.